viernes, 3 de julio de 2009

Aquellos Juegos Sin Palabras...




Ella: Quiero que calles, que no digas nada, que ninguna palabra salga de tu boca, porque cuando lo hace...me dañas, y al final, acabamos dañandonos ambos.
Juguemos a escribir:

Ella: ¿Tu comida favorita?
Él: Tu boca.
Él: ¿Tu mejor idea?
Ella: Siempre por llegar...
Ella: ¿Comida nutriente que te gusta comer?
Él: ¡Je! pues no sé, como de todo y todo lo como bien. Supongo que depende de la estación del año, me apetece jamón y tapas con cerveza.
Él: ¿Tu olor favorito?
Ella: El jazmín.
Ella: ¿Tu mejor cualidad?
Él: Mi entrega absoluta y sin reservas
Él: ¿La tuya?
Ella: El perdón, la paciencia, la constancia, la entrega y la bondad...
Ella: ¿Tu peor defecto?
Él: Todo lo demás ¿no?
Él: El tuyo
Ella: Confiar
Ella: ¿Que cambiarias de ti?
Él: La percepción que emito en ti, la que tu recibes, sea cierta o no, en realidad, en mi cambiaria únicamente el modo en que hago ver lo que tengo, lo que soy, para que mi propia forma de ser, fuera vista como realmente es, no como se "ve".
Él: ¿qué te falta?
Ella: No me sobra nada.
Ella: ¿Y a ti?
Él: A mí me falta la suerte que he tenido muchos años, sin haberla necesitado, juasto ahora, para poder mostrar, a ti, a mí, y al mundo entero, de que soy capaz, para que valgo y finalmente, mostrarme como soy, y como lo que soy.
Él: ¿A qué renunciarías?
Ella: Si he de renunciar a algo para conseguir "otro algo" no merece la pena ni la renuncia, ni el acto.
Ella: ¿Y tú?
Él: Pienso lo mismo que tu, sin embargo...si algo merece la pena, si vale el sacrificio soy consciente de que dando o renunciando a algo mío, o que yo tenga, lograre algo mejor, para mí o los demás, lo hare sin dudarlo.
Él: Si pudieras elegir solo una... ¿vivirías de día o de noche?
Ella: De día, la noche se hizo para descansar y soñar. De día mi cuerpo viviría y de noche daría paso a mi cerebro para que viviese él su sueño, así, de forma inconsciente tambien vivo la noche.
Ella: ¿Que cambiarias de mí?
Él: (La mira, sonríe y busca su boca)
Ella: (Tira los folios en los que escriben al suelo y le abraza)

miércoles, 1 de julio de 2009

Poco a Poco. Se Logra Tanto...

Avanzamos en lo que de alguna forma podría traducirse en algo así como una conducta actual de la mujer, que implica una evolución del género y de la jerarquización de nuestras prioridades.





1.- Privilegiamos nuestro espacio personal
Cada mujer guardamos para nosotras algunos momentos del día para desarrollar nuestros hobbies, nuestros gustos o lo que deseemos hacer ese día.

2.- Queremos triunfar profesionalmente
Es el momento de ascender y queremos lograr nuestras expectativas. Luego ya habrá tiempo para el amor. Hoy es el momento de luchar y bien sabemos que para lograr nuestras metas debemos esforzarnos el doble que un hombre si queremos obtenerlas.

3.- Buscamos parejas más emocionales
Queremos dejar de lado la figura exclusiva de proveedores que se les asignaba a los hombres, y preferimos hoy a hombres más emocionales, que expresen sus sentimientos, que hablen, que se comuniquen y lloren si es necesario.
Queremos tener la opción de aportar en el hogar y no sentirnos una carga. No queremos pedir dinero para nuestras cosas, queremos ganárnoslo por nosotras mismas.

4.- Somos independientes
Vamos por lo que queremos y cuando queremos. Costeamos nuestras necesidades y gustos. Manejamos nuestras vidas con soltura y hasta somos capaces de cambiar la rueda del coche si se nos pincha en el camino, (o lo incluimos en el seguro y nos ahorramos el esfuerzo). Claro que también somos dependientes cuando nos conviene…
Somos más independientes también, porque solemos salir antes que los hombres solteros de la casa de los padres y somos las primeras en comprar o alquilar una vivienda. Buscamos hacer nido solas o acompañadas. Ellos, en cambio, postergan la salida del núcleo familiar, por comodidad sobre todo.

5.- Nos damos lujos
Las solteras, divorciadas o viudas de hoy nos damos caprichitos, y no esperamos a que nos inviten o a que nos regalen algo para hacer realidad nuestros sueños o deseos.

6.- Somos exigentes
Sabemos lo que valemos y pedimos lo que necesitamos. Ya no salimos con un chico por salir, ahora queremos estar con alguien porque realmente así lo sentimos y porque el tipo efectivamente nos gusta.

Por lo mismo, nos negamos a bailar en una discoteca con el primero que se nos acerque y nos quiera sacar a bailar y esperamos a que sea el indicado, para no perder la noche. Y si no funciona, no tenemos problema en quedarnos bailando toda la noche con nuestras amigas. Total, mejor así que con cualquiera. Y es que ya sabemos lo que queremos y cómo lo queremos, así que con menos, no nos conformamos.

7.- Somos autónomas
Somos nuestras propias proveedoras y no necesitamos de un héroe que nos mantenga en pie. Sólo podemos necesitar un compañero, un amigo, una pareja; no un bastón. Queremos que nuestro hombre sea de nuestro mismo nivel intelectual, económico y cultural.

8.- Vamos con más calma
Como ya lo hemos sufrido todo por amor, nos lo hemos llorado todo y nos hemos llenado de experiencias traumáticas en el área sentimental; pues tenemos una trayectoria que nos ayuda a ir con más calma por la vida.
Es decir, vamos paso a paso, sobre todo en lo que a relaciones se refiere. No nos apresuramos a hablar de compromiso, tampoco de amor ni de ataduras.

9.- Sí al consumo
Hay que decirlo, las mujeres en general somos consumistas, pero cuando somos solteras esta característica se potencia al doble, ya que el margen de dinero disponible es mucho más amplio, debido a que disminuyen las obligaciones familiares.

10.- Tenemos más personalidad
Las solteras actuales no estamos de acuerdo con los márgenes o límites sociales en los que nos han relegado a la espera del llamado del hombre.
Ya nos aburrimos de esos reglamentos sociales de antaño y ahora tomamos nosotras la sartén por el mango.
Es decir, si queremos llamarlos, lo hacemos. Si queremos sacarlos a bailar, lo hacemos. Y si deseamos conocer a alguien, pues nos acercamos.

Estamos cambiando la sociedad, la cultura, las ideas retrogradas con respecto a la mujer, poco a poco son pasado, ya va siendo hora de que nosotras mismas dejemos el machismo a un lado y ocupemos el sitio que queramos ocupar por decisión propia, no por imposición.

Me siento orgullosa de las mujeres que labraron con tanto esfuerzo, dolor, marginación, dedicación y lucha, el camino que muchas mujeres estamos dispuestas a seguir no solo recorriendolo , sino allanándolo para que algun día, llegue a ser igualitario y equitativo a todos los niveles sociales, éticos, morales, políticos, emocionales y culturales.